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Papeles de Nunca Jamás por Esther Requena se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-LicenciarIgual 3.0 Unported.

sábado, 12 de octubre de 2013

ILEGALES




ILEGALES
Habían avistado las tres embarcaciones a poniente de Playa Grande aquella misma mañana y, aunque el Protocolo de Emergencias y Salvamento Marítimo requería discreción absoluta sobre el operativo, la noticia había volado de unos a otros con la velocidad del águila.
En el horizonte se recortaban las siluetas de las tres naves. Grandes y grotescas, cascarones inapropiados para cualquier travesía en aquellas escarpadas costas. Nadie en su sano juicio hubiera intentado tal aventura de no hallarse desesperado, de no tener nada que perder salvo la vida.
Famélicos, harapientos, comidos de salitre y piojos, apoyándose los unos en los otros, apenas sosteniéndose en pie, aquellos náufragos de extraña fisonomía bajaban de los botes de salvamento e iban llegando con dificultad a la arena de la playa. Pronto se apiñaron alrededor del más alto de ellos, que portaba majestuosamente dos maderos cruzados.

-Debe ser el jefe- le dijo a su marido- Acércate tú primero, leñe, que no se diga, que para eso eres tú el Jerarca De Turno y ellos los intrusos.

Él, una vez más, obedeció sin rechistar a su mujer y se adelantó hacia los desarrapados, abriendo los brazos en señal de bienvenida.

- Pues no, el jefe debe ser el del corte de pelo a tazón- dijo ella a su cuñada, que había corrido a primera fila en cuanto vio hueco libre.
- No sé, hija, a mí todos los blancos me parecen iguales.
-A mi por un lado me dan mucha pena, porque oye, derecho a una vida digna todo el mundo tiene. Pero por otro lado...
-Es que luego está el efecto llamada. Primero vienen éstos, luego van trayendo a las familias, a los vecinos y, cuando nos queremos dar cuenta...
-Aparte que no podemos dejar la puerta abierta a que pasen sin ningún control, que luego las demás naciones nos ponen verdes.
-Que digo yo que lo de los palos cruzados que lleva el alto...¿qué será?
-Pues alguna costumbre rara de sus países. ¡Fíjate! Si la está clavando en la playa...
-Y ahora se arrodillan y cantan a la vez; ¡igual es algún conjuro y nos pegan algo!
-Calla, mujer, no seas supersticiosa, y apártate un poco que no me dejas ver.

El hombre del corte de pelo a tazón se aproximó al Jerarca De Turno y le tendió con ridícula solemnidad un pergamino ajado y sucio.

-¡Que venga el Intérprete!- ordenó el Jerarca De Turno

El Intérprete estudió con detenimiento el manuscrito y no tardó en emitir su dictamen:

-Por lo que puedo entender (ya veis la obsoleta tecnología que gasta esta gente) aquí se dice que toman posesión de estas tierras en nombre del Rey y la Reina, sus señores.
-¡Me parto!
Levantó la mano entonces el Jerarca Anterior, un hombre sensato y prudente, de sólida autoridad moral pero con cierta tendencia a sentar cátedra cuando hablaba en público.

-¡Compañeros y compañeras! Mucha sangre y sufrimiento nos ha costado conseguir el estado de bienestar que ahora gozamos. Siglos de lucha y esfuerzo para que imperen los sagrados valores que conforman las señas de identidad de nuestra cultura, de nuestra civilización: la vuelta a la Naturaleza, la abolición de la propiedad privada y los bienes materiales, la autodeterminación en sistema asambleario, la concordia, el diálogo, el respeto, la cultura, el amor libre...Si ahora dejamos que se instalen entre nosotros estos seres incultos y atrasados, que aún son súbditos de arcaicas monarquías, corremos el peligro de que nuestra civilización sea de nuevo pasto de la codicia, de que nuestros ideales se fagociten en los suyos. Porque, no nos engañemos, esta gente no se integra. Estamos ante una invasión y...

- No exageres, Jerarca Anterior. Tampoco les vamos a dejar que se mueran de hambre- le interrumpió una joven- A nosotros nos sobra, ¿por qué no compartir?

El Jerarca De Turno, hombre práctico donde los hubiera, zanjó la discusión antes de que se eternizara. Contempló a los náufragos. No podía cerrar los ojos ante la evidencia:

-Intérprete, pídeles el visado de entrada al país
-No tienen, Jerarca De Turno
-Pues entonces está claro, debemos deportarlos. Cuando estén repuestos, eso sí, que no somos criminales. Que llenen sus navíos de agua suficiente, y también de patatas y tomates, que cunden mucho. Dadles unos esquejes para que las planten en su tierra. ¡Ah! Y también tabaco, cacao...y un poquito de oro, que gusta mucho a los reyes si no recuerdo mal. Intérprete, pregunta al hombre del corte de pelo a tazón cómo se llama

-Dice que se llama Cristóbal Colón y que nos ha descubierto.
-Pues qué bien
-Y que la tierra es redonda.

Aquella barbaridad provocó la carcajada general de todos; incluso contagió a los hombres blancos. Dicen que de aquella comunión de risas nació una nueva Edad de la Historia, lamentablemente no hay crónica que lo recoja. 

Al fin y al cabo, la Historia siempre la cuentan los vencedores.