Esther Requena publica Historias de la puta crisis, en el sello Netwriters de Ediciones
Atlantis, un libro de relatos que ofrece una visión divertida y diferente de la
actual situación económica y social. Enrique Gracia Trinidad aporta sus
ilustraciones críticas a la obra, que cuenta, además, con un prologuista de
lujo: el periodista de RTVE Jesús
Marchamalo. Un libro que planta cara a la actual coyuntura con humor y buena
Literatura. Y que supone una mirada diferente a la cotidianidad que todos
conocemos. Una mirada femenina y singular que va a hacer sentir a los lectores
que, al menos, la crisis sirve para que no perdamos la esperanza en los
individuos. Todos somos parte de quien la sufre, de una u otra forma. El libro
de Esther Requena no solo mira lo que ocurre, también, al final de cada
historia - independientes pero conectadas por el hilo que las sostiene - nos
da, con absoluta ironía e inteligencia, unas ingeniosas fórmulas para salir de
esta dilatada, y al parecer difícil de superar, crisis general y particular. Un
libro delicioso al que las ilustraciones de Trinidad acompañan para hacerlo uno de los
más atractivos publicados cara a esta Feria del Libro de 2012.
La autora
Escritora y profesora de Lengua y Educación Especial en el
Instituto de Enseñanza Secundaria de La Adrada, Ávila. Experta en Bibliotecas
Escolares. Periodista y articulista del Diario de Ávila, periódico en el que ha
llevado, durante cinco años, la columna de opinión "Femenino Singular".
Escribe, además, en diversas publicaciones literarias y ha publicado numerosos
relatos, tanto en revistas literarias y culturales, como en la red. En 2011
publicó, como autora y coordinadora, el libro de relatos "El
tintero".
CONTRAPORTADA DE ENRIQUE GRACIA TRINIDAD
"puta crisis... "pura crisis"... Tanto monta, monta tanto... Lo más notable: Esa manera de escribir de Esther Requena, tan limpia, tan desparpajada, tan certera; contando las dramáticas situaciones de cada relato con un humor ácido y penetrante, con una fuerza increíble. Un libro para no perdérselo, para disfrutarlo como pocos.
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